Saltar al contenido

Relato corto de Ruth Montenegro: Ayúdame auxilio

Ayúdame auxilio……»De alguna manera yo estaba escuchando sus gritos silenciosos en busca de ayuda.»

Relatos de VidentesUn día frío de Enero, con una temperatura bajo cero y no estaba de humor para salir.

Así que cogí un libro que había comprado la noche anterior, y estaba dispuesta a pasar una tarde cómoda frente a la chimenea.

No sabía que pronto estaría dando vueltas en una agitada búsqueda en el frío. Corriendo tras un grito desesperado en busca de ayuda que no dejaba de oír «dentro de mi cabeza».
¡Fue la experiencia más extraña que jamás había tenido!.

En un momento estaba enfrascado en una biografía de Winston Churchill, y al momento siguiente estaba corriendo por las escaleras de mi edificio sin tener idea de a dónde me dirigía.

Al principio, yo había oído gemidos tenues. Pensé que era mi imaginación, ya que sueño mucho despierta y tengo muchas conversaciones imaginarias que pasan en mi mente. Llámame extraña, pero esta es la manera en que soy.

Pero la voz en mi cabeza comenzó a crecer más y más fuerte, y más frenética. No podía entender lo que estaba pasando, pero luego se me ocurrió que tal vez alguien estaba en peligro y de alguna manera yo estaba oyendo sus gritos silenciosos en busca de ayuda.

¡Realmente valió la pena para salvar a una persona!

Fue entonces cuando tomé mi pesado abrigo y corrí por las escaleras, sin tener la menor idea de a dónde iba, y con la esperanza de que nadie me preguntara a dónde me dirigía.
Yo, literalmente, salí corriendo por la puerta principal, me detuve, miré a mi alrededor y dejé que mis sentidos se afianzan. Empecé a caminar de un solo sentido, me detuve de nuevo, y de repente sentí la necesidad de cruzar la calle y pasar a través de la amplia zona de césped de una casa muy antigua.

Entonces cuando oí la voz de nuevo, pero esta vez no estaba dentro de mi cabeza, era real. De hecho, podía escuchar a un hombre débilmente diciendo: «ayúdame, auxilio». Y supe que venía de dentro de la casa, o más bien de debajo de la casa.

Mientras me movía más cerca del edificio, me asomé a través de una pequeña ventana en el sótano, y allí vi a un hombre que yacía sobre su costado sujetando su espalda. Me gritó que entrara por la puerta lateral.
En fin, resulta que este hombre, se había caído por las escaleras del sótano, y fracturado su espalda. Sin poder caminar y con demasiado dolor como para arrastrarse escaleras arriba.

Afortunadamente yo había escuchado sus llamadas silenciosas de ayuda. En realidad no me sorprende porque siento que siempre he tenido la habilidad de recoger los pensamientos de otras personas.

Esta vez, sin embargo, mi capacidad de videncia realmente valió la pena para salvar a una persona.

Si necesitas consultar con vidente buena ten siempre presente que para ser buena hace falta algo más que la voluntad.. hace falta tener don de la videncia.