Mi nombre es Adelaida Rivera (Orense)
Cuando un familiar me habló del tarot y sus beneficios, no me lo quise creer. Pero algo en mí se encendió.
Una persona con el “don” es una guía. Me dijo. “Te hará pensar, te motivará” me volvió a decir.
Quería el cambio pero no era capaz de animarme a mí misma. Entonces fue cuando lo hice. Descolgué el teléfono de Ruth, la vidente que mi tía me había dado y llamé. A medida que fue hablando con ella, me di cuenta de muchas cosas.
Yo no era culpable de nada. Solo era un ángel herido. Ruth Montenegro llegó a comprenderme siendo una leal consejera a entender. Todo lo que en su momento no vi y no pude asimilar.
Me abrió los ojos, siendo mi amiga. En la empresa siempre me habían querido. Pero estaban atravesando una mala etapa.
Ruth Montenegro sabía que me volverían a llamar. Pero yo estaba dolida, no era capaz de creerlo. Vio mi esfuerzo, mi alegría, me describió y las lágrimas saltaron de mis ojos.
Adelaida Rivera (Orense)