Hermanas Fox
Todo comenzó con unos extraños golpeteos incesantes, en la casa de la enigmática familia Fox.
Éstos causaron la curiosidad general en Estados Unidos. Muchos consideraron que se trataba de una prueba contundente, de que la comunicación entre los vivos y los muertos. Era real.
Un acontecimiento importante en la historia de la humanidad: Margarita Fox.
Lo que les sucedió a las hermanas Fox es una prueba indiscutible y contundente. Demuestra que nos podemos comunicar con los espíritus de las personas fallecidas.
Luego de miles de años de innumerables especulaciones, por fin quedó demostrado que los muertos “sobreviven” en forma de espíritu. O, para decirlo de otra manera, que existe vida después de la muerte.
Quedó demostrado que la muerte no es el fin de la vida. Sino, más bien, el traslado de una existencia inmutable a un plano superior.
Así las cosas, el paso del ser humano por este planeta no es un mero incidente biológico aleatorio y/o sin sentido (como lo afirman algunos filósofos existencialistas). Es un breve paso de un proceso superior que está programado por los Seres de Luz.
Hermanas Fox: Bastó un pequeño chalet de madera de la familia Fox, para demostrarlo todo.
Una pequeña y hasta rústica cabaña ubicada en el Estado de Nueva York. Que, dicho sea de paso, fue destruida por un incendio y, luego, replicada con gran exactitud en los años 50. Fue el humilde escenario del acontecimiento más importante de la historia de la humanidad. Al lado del nacimiento y muerte de Jesús.
Todo comenzó el 31 de marzo de 1848, cuando empezó el movimiento espiritista moderno. Los hermanos Fox eran siete, pero sólo dos de ellos experimentaron lo que se convertiría en un enorme punto de partida en el ámbito paranormal.
Fue la madre de las hermanas. Dado que estas eran muy pequeñas aun, quien días después del comienzo de los incidentes, rindió una declaración juramentada (y ratificada, como exacta, por su marido). En la que contó que la casa en la que vivían, provisionalmente, había sufrido temblores inexplicables en toda su estructura y, además, en los muebles.
Como si el espantoso incidente paranormal descrito, no fuese suficiente, la madre de las hermanas manifestó, además, que se escuchaban pasos y fuertes golpeteos en las paredes y puertas.
Margaretta y Catherine Fox afrontan el Fenómeno con gran desparpajo.
Invadidas y cansadas por el miedo, estas dos chicas se pasaron a dormir a la habitación de sus padres. La tranquilidad que esto les brindó, fue el motivo por el cual decidieron afrontar el horripilante fenómeno, de una manera casi que descarada.
Lo más tenebroso de toda esta sucesión de hechos paranormales, se dio cuando las chicas trataron de hacer un ruido similar. Chasquearon los dedos y golpearon las palmas de las manos, al tiempo que Catherine decía en voz alta: “haga como yo”.
La respuesta del más allá no se hizo esperar. Y se oyeron la misma cantidad de los golpes de Catherine, como una siniestra respuesta de ultratumba.
Y, cuando Catherine dejó de golpear, lo propio sucedió con el espíritu.
Fue, entonces, cuando Margaretta entró en acción e, increíblemente, con gran desparpajo y desafiante, dijo, a manera de broma: “No, haga como yo: cuente uno, dos, tres, cuatro (mientras golpeaba con las manos). Entonces inmediatamente, retornaron los golpes del espíritu.
Empezaron a utilizar un código alfabético, mediante el cual, descubrieron que se trataba de un buhonero de 33 años. Este hombre había sido asesinado en esa casa y enterrado en el sótano.
El momento culmen de esta historia verdadera, se dio cuando, durante varias noches, algunos vecinos acudieron a la casa para verificar lo dicho por la enigmática familia Fox.
Hicieron sus propias preguntas y recibieron respuestas.
Se concluyó, por ese entonces, que las dos chicas estaban dotadas de algún don especial. Porque donde ellas iban, las perseguían los golpes y, mediante la comunicación, cada vez más depurada, recibieron un mensaje insistente: “Habéis sido elegidas para comparecer ante el mundo y convencer a los escépticos de la gran verdad de la inmortalidad”.
Resumiendo:
Las hermanas demostraron que existe vida más allá de la muerte física. Lo hicieron mediante una increíble comunicación con el espíritu de un hombre fallecido.
Al parecer, contaban con un don. Quizás, el de la clarividencia, que les permitía la interacción espiritual que, valga decirlo, se presentaba donde quiera que ellas fueran.
Todos los sucesos fueron comprobados, ante la presencia de otras personas que corroboraron que era verídico lo que les sucedía a las hermanas.
Para saber más.
Libro impreso: De Segovia, José. “Ocultismo”. Editorial Publicaciones Andamio. 2005.